martes, 18 de febrero de 2014

Camino del hospital y un favor.

A veces llegas a casa y parece menos casa:
la gente ha perdido realmente la cabeza,
al alcohol sigue golpeando a personas cansadas,
y la vida iba a ser mejor en 2014.

Nos tomamos las uvas sin respirar,
bebimos champán llorando suspiros,
seguimos soñando con regalos y abrazos
donde no hubiera trampa ni cartón ni miedo.

De repente hay menos risas,
hay muchas menos historias en la cena
han desaparecido el cabello de paja,
los bailes esporádicos, los sueños de futuro.

Y ahora que no estás, que no estamos,
que los días duran lo que un pasillo de hospital,
que ojalá tener fe para pensar en mañana.
Ahora, descubro que somos más casa aunque no estemos.


__________________________________________________

Hoy os escribo por una causa especial. Mi hermana pequeña está en el hospital por un trastorno de conducta alimentaria, es decir, anorexia, y apenas podemos verla un rato al día. El otro día por casualidad descubrimos que le hace ilusión y le anima que la gente le mande besos, que piense en ella y le de fuerzas, aunque sea gente que no conoce.¿Y cómo lo hacemos? La gente nos manda una foto de sí mismos lanzando un beso y cuando vamos al hospital se la enseñamos.

Por eso os quiero pedir un favor. Sé que es tonto, absurdo y un poco ridículo, pero agradeceríamos mucho recibir fotos de besos. Solo las vamos a ver mi familia y yo, y estoy segura de que así mi hermana se llenará de ilusión y se curará antes.

Por favor.

Os dejo mi correo por si queréis ayudarnos. Y si por alguna cosa tenéis algún problema, escribidme y os doy el whastapp encantada.

pilar.rrdgz@gmail.com





sábado, 25 de enero de 2014

Trastorno alimenticio o cómo intentar explicar un poco toda esta locura.

Morado y blanco se disputan un territorio
que antes fuera rojo niñez,
y tú no tienes fuerza para luchar.
En vez de víveres recibes balas de cañón que van matando al primer loco que se ponga en tu camino
(que suele ser alguien de tu bando).
Montañas de huesos no paran los golpes cuando los guantes tienen un forro de papel de lija.
Y las trenzas de los guerreros están descoloridas y no sirven para cantar sus glorias.
Ni siquiera la voz acompaña al arpa de costillas 
que antes fuera de tus cosquillas
de enemigos -tristes amigos- tan rendidos que se van sin decir adiós, buscando un beso de buenas noches.
Y así cada mañana comienza la batalla de autodestrucción y antropofagia del propio corazón, que el mejor rival es aquel que tiene más fuerza que tú.

Perdona, ojalá no ganes esta guerra.
Y bombea un poco de sangre en las mejillas para dejar de derramarla sobre el banquete.

miércoles, 22 de enero de 2014

Bang.

Como cuando llueve en Madrid
y la gente corre a los portales
a abrazarse a un cigarro:

Yo voy a ti cada vez que el mundo me escupe
siempre que la realidad me golpea,
y me agarro de tu cintura
y me encojo en tu ombligo,
aunque tú,

también me mates.