Tengo
resaca,
estoy triste,
o he perdido
el norte.
Todos los
puntos cardinales bailan un vals en mi cabeza.
La realidad
del día después es muy relativa.
Tengo
tareas,
pendientes
y un poco
cansadas.
Unas veces
hablo de la universidad y otras no.
Deseadme suerte,
decid que puedo con todo.
O dadme
-por favor
que sea rápido-
Con una pala
en la frente, un hachazo bien fuerte
que duela y
me mate cuando antes.
En fin,
no lo entenderéis
pero yo hoy
ni siquiera
he desayunado porque no tengo hambre
Y eso es
terrible.
Que amargas se ven a veces las mañanas de resacas (de resacas no solo de alcohol) en las que nos prometemos no volver a beber en nuestra vida. Hasta que nos damos cuenta de que eso, la vida, no es tan fea como la pinta una resaca. Un abrazo.
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