miércoles, 14 de agosto de 2013

00:11 en México DF.

No me creéis cuando os digo
que mi ángel de la guarda se llama Decadencia.
Se encarga de darme un destino esquivo,
un "rózalo pero nunca lo consigues".
Juega a ilusionarse conmigo,
vive riéndose de mi vida.
Es un pobre diablo vengativo
con suave piel de oveja negra.

Pero no puedo odiarla todavía,
mi lado estúpido aun se fía.

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Total, que he acabado sola tomándome leche del brick a morro en la terraza de un hostal a las 11:47 de la noche. Y sigo sin tener casa.

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