Me enamoré de la caída libre de un lápiz
viernes, 11 de enero de 2013
Esto tienen que ser las hormonas.
Para que os hagáis una idea,
hubiera dado la vida entera por que ella le mirara como miraba a las manzanas antes de darles el cuarto mordisco, con la desgana de quien se siente dueño y a la vez sabe que no puede no desear
comérsela.
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