domingo, 16 de diciembre de 2012

"Estoy muy jodida."

    No sé si ir a la calle a buscar una cuerda del MI o a buscar a mi abuelo. Sé que es domingo porque ha pasado una semana, pero me pesa como un mes. Nos pesa, estamos rotos, y todos sabemos que algo roto se rompe más y más bajo presión.

    Nadie dijo que fuera fácil. Ni que fuéramos a sobrevivir siempre. Y a pesar de eso seguimos creyendo que las lágrimas son buenas para pegar los trozos y sanar las heridas. Pero no pueden valer para todo.

    "Estoy muy jodida." Y yo, mamá, y yo. Ven, abrázame, que si hemos aguantado esta semana nos quedan muchas más y solo podemos subir.

    Verás, espero que en el cielo alguien nos convalide todo esto y no volvamos a tener unos siete días tan malos en 40 años. O hasta el fin del mundo, sugiero.

    Pero no vamos a hablar de ese "nosequé" que me dice que todo va a empeorar. Otra vez, digo. Quizás es que ya eso que me oprime el pecho viene de regalo con su muerte y se queda a vivir entre nosotros, ocupando su lugar.

    Solo os diré que ahora, cuando ando por la calle solo puedo mirar a los ancianos y pensar: "por favor, no os muráis nunca, vuestra gente sufrirá mucho."

    Y me cabreo cuando me decís que ojalá os muráis pronto. Sois tan egoístas que vomitaría sobre vuestras tumbas.

    Porque os quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario