miércoles, 12 de diciembre de 2012

Momentos puntuales II. "Anoche"

No sé si contarte que nunca he sabido pedir ayuda de verdad. Que mis llamadas de socorro son tan sutiles que parecen bromas. O más tonterías.

Que alguien tenía que poner el hombro, y el abrazo, y que mira, sí, es difícil llorar en público. No me importa que me miren, pero, por favor, no os compadezcáis. Soy fuerte.

O eso digo cada vez que aprieto la mandíbula. Pero después pienso que más fuerte y más verdad es quien lo suelta allí, pero yo no.

"Lo siento." Es mentira. No me conoces. Si lo sientes que sea porque a ti también te duele. Me cago en las formulas de cortesía.

Pero qué importa. Otro día más y esto debería ser una celebración. Por lo menos no soy la única que vive en una contradicción, eh, Dios.

Ojalá no parecierais tan desvalidos para poder serlo yo. Para poder convencerme de que no es malo del todo y de que podéis sujetarme un rato. Es difícil.

Y aun así hoy podría decirte que yo siempre he sido de las que llora por la noche, y sola, y que a pesar de eso cada mañana busco motivos para seguir.

Necesito un puto abrazo.

1 comentario:

  1. noches de esas en que necesitas más un abrazo que un polvo para darte cuenta de lo jodido que estás.

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